Los agentes encargados de la sudoración
Existen dos glándulas sudoríparas en el ser humano: apocrinas y ecrinas
Glándulas ecrinas
Las glándulas ecrinas se encuentran distribuidas por la mayoría del tegumento cutáneo, excepto en el conducto auditivo externo, el bermellón labial, el clítoris y los labios menores. Su distribución es heterogénea, ya que existen zonas con mayor densidad, como las zonas palmo-plantares, donde tienen su mayor expresión.
El sudor ecrino es el producto de secreción de estas glándulas, y corresponde a un líquido acuoso, claro, estéril, hipotónico, que contiene principalmente cloruro sódico, potasio y bicarbonato, además de glucosa, ácido láctico y urea, entre otros. Tiene un pH entre 4.2 y 5.5. El sudor no contiene componentes celulares. Esta composición tanto a nivel cuantitativo como cualitativo depende de diferentes estímulos ambientales y emocionales.
La función de estas glándulas es la de termorregulación, balance hidroelectrolítico, mantener la humectación de capa córnea y la excreción de fármacos.
Glándulas apocrinas
Las glándulas apocrinas se distribuyen principalmente en áreas específicas como región axilar, región anogenital, región periumbilical, areola, pezones y bermellón labial.Existen formas modificadas de glándulas apocrinas que se localizan en párpados (también llamadas glándulas ciliares o de Moll), y glándulas ceruminosas, que se localizan en el conducto auditivo externo.
Su actividad secretora es escasa, consistente en un fluido aceitoso, en ocasiones amarillento, cuyo pH es neutro o débilmente alcalino. La composición no siempre es la misma, pero en su mayor parte es agua formando una emulsión o solución con una fracción de lípidos, azúcares, amoníaco y aminoácidos. El sudor apocrino secretado es estéril e inodoro, principalmente, pero en la superficie cutánea es modificado por las bacterias de la flora cutánea (fisiológicas) o patológicas, generando mal olor.
Son controlados por hormonas (andrógenos), iniciando su actividad en la pubertad y disminuyendo su actividad con la edad.
Su función, en modelos animales, está relacionada con la producción de feromonas; en el caso del ser humano, se desconoce, y se piensa que tiene una función de comunicación olfativa.